Una de les assignatures pendents del món del pessebre a Catalunya és estimular l'activitat pessebrista d'artistes de renom. El dia que això es produeixi estarem més aprop d'aconseguir que la tradició pessebrista evolucioni i segueixi mantenint-se com una tradició viva i moderna. Per això ve de gust llegir una notícia com la que el dijous passat publicava El Periódico. No és que parli ben bé d'un pessebre, però explica una actuació artística que segurament capta més l'esperit del pessebre que no pas alguna maqueta freda que, sota el nom de diorama, en alguna ocasió algú ens ha volgut "colar" com a pessebre. Reprodueixo el text de la notícia en qüestió:
El artista Perejaume ha cubierto con 20 toneladas de corcho el tejado de la Fundació Miró en una instalación con la que el centro pretende institucionalizar anualmente la llegada de la Navidad.
La directora del centro, Rosa Maria Malet, ha especificado la intención que persigue esta iniciativa. "Con esta instalación la Fundació Miró inicia una nueva línea, según la cual se encargará a un artista una intervención en el edificio de Sert para que dé su particular visión de la Navidad", ha afirmado.
Malet ha señalado que la obra "no necesariamente ha de ser un belén o un árbol", así como que la intención de la fundación es que se convierta en "una cita festiva tradicional". La instalación de Perejaume, titulada Pessebre Sert, ocupa parte del Pati de l'Olivera y del Pati Nord del complejo.
La selección del materialUna veintena de toneladas de corcho recién sacado del árbol se han apilado para formar una especie de puente sobre el edificio para unir los dos patios del centro."El corcho es un material muy vinculado a nuestra manera de representar el territorio, de manera especial a través del pesebrismo, una actividad surgida en el Barroco en Catalunya, en Valencia, en el sur de Nápoles y en Cádiz", ha dicho el artista en la presentación de Pessebre Sert.Esa utilización del corcho también se relaciona, añade Perejaume, "con ciertas culturas orientales y sus jardines zen". Este material puede ser interpretado, según el artista, como una piel y también como la pintura de un cuadro.
La instalación remite asimismo al tema del almacenamiento. "Esa cuestión del almacenamiento de material, de cosas, de documentos, tan contemporánea, que tiene que ver con la archivística, como si estuviéramos apilando todas las montañas del mundo una sobre otra", ha destacado.
Esta iniciativa sirve también como punto de partida del diseño de la felicitación de Navidad de la Fundació Miró.
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