16 de desembre del 2021

"Font/Baldrich, el arte de conjugar"

(Reproduïm l'escrit que ens ha fet arribar el bon amic Miguelángel López Martínez)

Dice el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española que cuidar es "poner diligencia, atención y solicitud en la ejecución de algo." Pues las Font/Baldrich lo encarnan…

Cuando la vida se crea, hay que cuidarla. Cuidarla desde que las concibes en tu interior hasta que llegan a las manos de quien las convierte en pequeños tesoros. Y eso de cuidar va mucho más allá del proceso creativo... Ester y Laura cuidan de eso y de lo que acontece desde que el taller olotino despide a las pequeñas obras de arte.

Llegan envueltas en el papel de pompas que las protege de los golpes, del transporte… pero entre la figura y las burbujas hay una capa de papel de seda dorado. Esto no se si las protege, pero sí que las envuelve en lo que son y ya hemos definido: tesoros.

A mis alumnos les enseño que el dorado es el color de las cosas preciosas, de las cosas valiosas, de las cosas importantes, de las cosas que merecen la pena proteger y… cuidar. El otro día cuando abría una de las figuras delante de ellos, me dijeron: ¡profe, eso es algo muy valioso, porque está envuelto en papel dorado! Y obvio que acertaron.

Es un nivel de cuidar que va mucho más allá de una visión comercial y/o mercantilista... es conjugar el verbo cuidar con toda la solicitud y sensibilidad posible. Una seña de identidad que hace que no solo la pieza tenga valor, sino las manos que las conciben, crean y entregan.

Y va más allá... porque mirad lo que encontré entre piezas y piezas.

Si esto, en este momento de la historia, no es cuidar... que venga Dios y lo vea…siente lo que al leer esta tarjeta se genera en uno. El 'bufador' tiene esa misión de tumbarse en la tierra y soplar para reanimar el fuego... pues ese gesto tan simbólico es el que ellas hacen conjugando el verbo cuidar.

Hoy estamos falta de gente que se tire cuerpo en tierra cuando estamos caídos; necesitamos personas que bufen las ascuas de nuestros fuegos casi apagados y tácitos de cenizas... necesitamos que pequeñas cosas nos bufen el alma y nos hagan vibrar, arder, chispear... y volver a ser fuego que da luz y calor (¿no fue eso lo que pasó en Belén, en el pesebre?)

En las Font/Baldrich he encontrado una humanidad increíble que no sólo conjuga el verbo cuidar... sino que encarnan la sencillez, lo sublime, lo bello... desde lo pequeño, desde el nimio detalle, desde lo que sabe conjugar otro verbo más complicado: emocionar.

Miguelángel López Martínez, agosto 2021

Agradecimientos: al compadre y forero Félix Elorz por su estimable ayuda, y por supuesto a Antoni Dorda i Ventura por todo su empeño para que se publicara este artículo.